lunes, abril 30

Diferenciar








Siempre pensé que los cambios son algo así como indispensables en nuestra vida, siempre los vi necesarios. De hecho siempre los espero,siempre me parecieron una buena solución. Seguramente alguna vez también me quejé de ellos, pero hoy sé que lo elegimos, nos hacemos cargo, lo buscamos como sea. 


Miro la ciudad y no puedo parar de imaginar posibles historias, en cada rincón de esta ciudad que crece y crece sin ninguna lógica. A veces las historias las protagonizo yo en un futuro, cuando me vea obligada a contar un cambio más y otras veces, que son las menos, las protagonizan otros. 

Será que cada uno construye su futuro y ¿será que cuando me veo bien y es literal tengo que, y lo siento como una necesidad, dar un vistazo atrás? Yo no sé si será mi fanatismo con comparar las 

cosas y nuestros tiempos  o mi fanatismo en suponerme fuera, que si yo hubiese sido otra y vos hubieses sido otro lo que seríamos hoy, pero por más de que quiera cambiar las cosas, elija dejarte atrás, elija un nuevo giro de 360°... todavía hay días en que no me alcanza con estar bien y saber que prefiero lo que hay a lo que había, todavía hay días en que me niego a dejarte atrás. Será que por mucho que quiera no 
puedo, no me dejo correrte del camino. 
Será que siempre es más fácil escribir lo triste, lo que molesta y a mí me molesta mucho que siempre esquives mis cambios. 







De todas formas, esta ciudad tan superpoblada es
lo suficientemente grande como para, fácilmente,
tratar de perderte entre el montón de gente. Y a
pesar de lo mucho que me las ingenie... Siempre
volvés.