sábado, noviembre 6

Recuérdame

Puedo estar horas y horas sentada acá, sin poder escribir nada. Y en realidad tengo mucho por decir y es tanto y es nada y es todo y ahí queda. No sé si por ‘’miedo’’ de quién pueda leerlo y lo que puedan pensar, (ese miedo, lo compruebo día a día: sigue estando) no sé si por sólo no saber como decirlo pero cuestión: ya esta hartando un poco. Aún que si lo escribo, después de unos días lo leo y son unos párrafos más, que me dicen que ‘’esta todo bien’’, a pesar.  Pero si no lo escribo probablemente cambie de idea en unos días, digo… cuando me canse en serio, y deje de tener tantas esperanzas.

Y es por eso que vivo escribiendo y vivo guardando fotos, cartas, papeles sin significado alguno, quizás con unas siglas tontas que quisieron decir algo en algún momento, envoltorios de golosinas, si pudiera escribiría día por día, imprimiría historiales de conversación, textos y textos, los guardaría junto a todo lo demás. Es tonto, algo. Y el único fin de eso, (además de juntar basura sentimental) es que me ayude en un futuro. Que me ayude a no olvidar. Tengo miedo de que pasen los días, los recuerdos y no los vuelva a encontrar nunca más.

A pesar de eso, creo que al fin y al cabo son recuerdos, pero más que recuerdos son parte de mí y así no se van a ir nunca. ¿De nuevo tan esperanzada? Debe ser porque soy de esas personas que creen que sos día a día y error a error, experiencia a experiencia, persona a persona, camino a camino y creo también que ahí es cuando los recuerdos son parte de nosotros, entonces no se van a borrar nunca.

Igual, voy a seguir juntando todo lo que pueda traerme un recuerdo mínimo del HOY, mañana.  Me aseguro unos minutos de felicidad en un futuro, sabiendo así que valió la pena, que soy feliz.

Y así como junto recuerdos, y soy a partir de todo lo demás de alguna forma, también puedo ser (soy) algo, una partecita muy mínima de cada persona que pasa por mi vida. Porque así como me modifica a mí, las personas pueden olvidar lo que les dijiste, pueden olvidar lo que les hiciste, pero nunca olvidarán como las hiciste sentir. Y ya que estamos, puedo hablar de esa fantasía (para no llamarlo sueño) de ver todo sin mi. Quién me recordaría, quien no. A quien le importaría y a quien no.

En cambio ahora yo sola puedo bien saber, que depende de mí quien vaya a recordarme, o no, en algún momento pequeñísimo de su vida.  Ahí es cuando “Hay alguien pensando en tus pasos”