jueves, enero 27

Espejo


Juro que la chica del espejo, parece mucho más fuerte que yo. Parece segura, parece estar bien siempre e incluso a veces parece algo frívola. Quizás quiere devolverme eso que soy, o pretendo ser. 
Yo no sé si en realidad todo funcione así...
No sé si en realidad, ''todo vuelve'' pero creo que apostamos al tiempo. A que la vida y el tiempo nos demuestren que así estuvo bien, que en serio es un espejo. 
Y es que quizás, y solamente quizás, no es lo que hacemos en la vida, porque no vamos a decir que es totalmente justa y que en serio todo vuelve... porque más de uno estaríamos al horno, pero probablemente se trate de cómo vemos la vida. Y entonces eso es lo que vuelve. La mirada.
En mi pieza hay un espejo grande grande, inevitablemente cada vez que paso cerca de la puerta... está ahí, esa chica que nunca voy a saber si finje o no, pero está ahí de pie, y casi siempre sonríe; sabe que el destino le tiene algo guardado. 
A veces tiene la mirada perdida, y me hace sentir confundida a mí. A veces tiene la mirada llena de lágrimas y coincide que esos mismos días son en los que yo siento una molestia acá adentro.
También hay días en los que se me pone en contra, no miento si digo que es la causa de mis “guerras internas”
 Sin embargo, hay otros días, en los que, y a pesar de todo, me mira con confianza: esos días en que decido seguir y seguir. 

Espejo - Kameleba


Indescifrable la ecuación de la vida, mi amor. Entiende que yo soy y que a tu lado estoy... No sé hasta cuando viviré pero ahora sé que Dios nos puso cara a cara pa' poder crecer.
Y es ese espejo que nos muestra tal como uno es, y ese miedo que nos ciega y ¡no nos deja ver! Y a este mundo hemos venido para comprender que hay que morir al miedo para luego renacer.
Y aunque me de miedo partir, debes dejarme ir... tú sabes lo que me ha costado a mí poder reír. Ambos tenemos ilusiones para compartir, pero cada uno sabe lo que lo hace revivir.
Sigo buscando adentro mío y buscaré hasta el fin, sé que en el juego del destino hay algo para mí. Quememos todos los mandatos de esta sociedad: tengo el sol de tu sonrisa y ¡no preciso más!