domingo, enero 30

Stalemate

Con respecto a la última entrada… no traigo muchas nuevas para contarles. Si puedo decir que pasé una linda noche, que era un poco de lo que necesitaba. Quizás había demasiadas guerras acá adentro y solamente necesitaba disfrutar y si, lo hice.  

       Puedo escribir sobre el pasado con el que me choqué el viernes, sobre las preguntas que me hice después y sobre lo masoquistas que somos al dar vueltas con algo que no pudo ser… o que simplemente no tenía que ser.
       Puedo escribir sobre mi hipótesis de que ni los 14 de febrero, ni las historias de amor, ni Cupido me tienen como amiga y es evidente.
       Puedo escribir sobre esas cosas que tanto me cuestiono, eso que me da vueltas y vueltas en la cabeza.
Y es tanto, y es nada, y es todo y ahí queda.

Pero mejor, prefiero bajar un cambio, poner el conciente, el inconciente y el otro en punto muerto y dejar de cuestionarme tanto.  Sé que es inevitable, que no necesito mucho para estar sacando nuevas conclusiones y así. Pero quiero dejar de pensar un poco en eso que tantas vueltas me dá y me termina mareando. Creo que en mi caso es un problema pensarlo tanto y también estoy cansada de hablar de vos conmigo.